Entender
El primer paso para un proceso de monitoreo es tratar de lograr las expectativas, intereses, curiosidades, y necesidades que cada joven tiene. Empezando por el verdadero origen de la palabra (vea el llamado a la reflexión 2), el deseo lidia con dos aspectos complementarios pero diferentes:
- El sentido de ausencia (de “de-sidus’, literalmente “falta de estrellas”), de algo que falta, que tiene que ser completado o cambiado.
- La pasión hacia algo (‘Wunsch’ o “wish”, qué significa “jurar” al algo), que presiona hacia la activación, primeramente, para entender qué “algo” es y darle un nombre y unos límites definidos y, segundamente, alcanzarlo.
Por tanto, el conocimiento y la curiosidad sobre el bien común enraizados en el verdadero centro del monitoreo – pueden ser un “objeto de deseo”.. Desencadena un deseo de saber.
Experiencia
Cada formación en integridad y anticorrupción debería empezar educando a la juventud sobre sus deseos y por tanto, escuchándoles. Esto ayudará a la juventud a estar plenamente involucrada y a tomar responsabilidad del proceso.
Desde un punto de vista pedagógico, trabajar en el deseo durante una formación en anticorrupción significa seguir dos pasos:
- Conocer cómo escuchar los deseos de la juventud: emplea el tiempo suficiente para explorar sus emociones, expectativas y preguntas escondidas.
- Diseccionar, organizar y conectar estos deseos para que se muevan de una dimensión individual a una colectivaidentificar deseos con características similares permite a la juventud evolucionar durante el camino hacia la dimensión política y los objetivos concretos del monitoreo que ellos/as quieren realizar. Guía al grupo en este proceso, entendiendo que la mayor parte del tiempo los deseos individuales y las necesidades están relacionadas con dinámicas sociales más amplias, y esta segunda dimensión será el epicentro de este trabajo educativo.
Sugerimos que dirijáis estos puntos a través de una perspectiva no formal ni frontal, como las actividades que proporcionamos debajo.