¿Eres consciente de tus deseos? ¿Conoces tus necesidades?¿Eres capaz de identificar cuál es tu interés personal?
Todo proceso para monitorear el bien común empieza en uno/a mismo/a: identificando tus deseos y necesidades.
En la vida real, puede ser difícil ser consciente de todos nuestros deseos y necesidades. Sin embargo, es esencial conocer y reconocerlos para comprender los modos en los que la corrupción puede entorpecer nuestro camino o ofrecerse como un atajo arriesgado.
Desafortunadamente, hay una legitimidad extendida hacia las prácticas oscuras y “los atajos”: son un camino fácil para rápidamente conseguir los propósitos que tenemos. Sin embargo, incluso si esta actitud suele parecer una solución efectiva para conseguir objetivos personales, las repercusiones afectan a otras personas negativamente. En general, una cultura de la aceptación de la corrupción puede dañar nuestros proyectos de vida tan seriamente que podemos arriesgarnos a dejar a un lado nuestros sueños.
Como seres humanos, tenemos el deseo de realizarnos, pero también de disfrutar del medio ambiente, recibir un buen cuidado médico, tener acceso a una educación de calidad, etc. La corrupción puede impedirte conseguirlo, desviando fondos públicos del beneficio colectivo a las manos de unos pocos, por tanto produciendo enormes costes directos en nuestra vida diaria: podemos percibirlo como una opresión de los derechos humanos.
Una cultura de integridad trata de eliminar los obstáculos que crea la corrupción y los comportamientos inmorales, haciendo que la gente rechace los atajos y, al hacer eso, salvaguardando el derecho de cualquier persona a perseguir sus propios deseos y necesidades. Todo el mundo tiene el derecho a conseguir sus sueños y nadie merece quedarse a un lado.
Entender
Definición
El término “deseo” en Latín aborda dos aspectos complementarios pero diferentes: la pasión hacia algo, que empuja hacia la activación, a entender qué es ese algo y tratar de alcanzarlo; el sentido de falta, algo que no está, que necesita ser logrado o cambiado.
En el primer significado, representa una “vocación a algo”, normalmente relacionado con un interés – como cuando deseamos conseguir el trabajo de nuestros sueños.
En el segundo significado, significa percibir la “privación de algo”, normalmente relacionado con una necesidad directa que hemos anhelado completar. Por ejemplo, podríamos desear cambiar nuestro barrio obteniendo espacios específicos o iniciativas para la juventud, si no hay ninguna.
En este marco, la corrupción puede ser un obstáculo para conseguir nuestros deseos (en términos de interés), representando un coste directo para nuestras vidas.. Al mismo tiempo, la corrupción es una de las principales causas de la falta de satisfacción de nuestros deseos (en términos de necesidad), produciendo un coste indirecto con un efecto a largo plazo en nuestra experiencia vital.
Preguntas para reflexionar
Ejemplos
Piensa en la situación en la cual un derrame de sustancias contaminantes ocurre cerca de tu casa y te preocupa significativamente..
Al actuar en tu interés y proteger el entorno cercano a tu hogar, en realidad estás actuando por el bien público en general. Del mismo modo, garantizar, por ejemplo, que se construya un hospital de acuerdo con los criterios de legalidad y funcionalidad no solo ayuda a salvaguardar el derecho a la atención médica general, sino también tu capacidad personal para beneficiarte de un hospital eficiente cuando lo necesites.
Intenta pensar en un problema que haya surgido en tu edificio, calle o vecindario. ¿Cómo afecta tu vida? ¿Y qué impacto podría tener en la ciudad en general?
Intenta analizar el problema identificado desde una perspectiva que considera los principios: ¿qué derechos serían salvaguardados previniendo o solucionando el problema?¿Está ligado a un valor, función, o aspecto de seguridad?
Ahora, intenta pensar en un problema que haya ocurrido a nivel nacional en tu país – algo que tal vez haya sido mencionado en los medios de comunicación. ¿Cómo impacta en la correcta actuación del Estado?
Intenta analizar este mismo problema desde una perspectiva absolutamente personal. ¿Qué repercusiones, incluso a largo plazo, podría tener este problema en tu vida personal si no fuera solucionado? O, ¿hay algún riesgo de que te pudiera dañar directa o indirectamente (por ejemplo, restringiendo tu oportunidad a hacer algo)?
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Los costes de la corrupción
La corrupción tiene muchos costes para nosotras/os y la sociedad. El coste “directo” de la corrupción es representado por el dinero público u otros beneficios (pagados por todos los contribuyentes) yendo a los bolsillos privados de unos pocos, por ejemplo, en forma de sobornos. Otro coste “directo” de la corrupción puede ser la mala calidad de los servicios públicos, y sus consecuencias, por ejemplo, una carretera construida con un mal asfalto que tiene muchos agujeros, y los posibles accidentes automovilísticos que pudieran ocurrir a causa de estos agujeros. Al mismo tiempo, la corrupción también tiene muchos costes “indirectos”, puesto que los procesos de toma de decisiones son desviados hacia aquello que es más lucrativo para los corruptores, y no de acuerdo al interés o necesidad pública. Esta dinámica exacerba las desigualdades conforme avanza el tiempo, crea costes en términos de beneficio no realizado (por ejemplo la escuela que necesita renovación que no ha sido renovada), desincentiva las inversiones y entorpece a la economía. Valora a las empresas según los sobornos y no la eficiencia, cambiando la competición en el mercado. En definitiva, daña la confianza de las personas en la política, instituciones y entre ellas mismas.
Las raíces etimológicas de “deseo”
En latín “deseo” es traducido a “desiderium”, un término compuesto de la preposición “de-” (que tiene un significado negativo, normalmente indicando privación) y el término “sidus” (que significa “estrella”): “de-sidus”, literalmente “falta de estrellas” (así que, privaciones de algo). De este término viene la palabra italiana “desiderio”, la francesa “désir”, la española “deseo”, y la inglesa “desire”.
Por otra parte, en alemán “desiderium” es traducida como “Wunsch” (de la que viene la palabra inglesa “wish”), y significa “jurar” a algo (en contraste a capricho), así que, conduce a la noción de vocación hacia algo que debe ser perseguido, alcanzado.
